Una vez más tenemos que dar una muy mala noticia, y es que a pesar de que ya estamos acostumbrados a que España quede muy mal posicionada en Eurovisión, seguimos sin entender el porqué.
Unos años decimos que la canción era mala, otros que la canción era muy buena y que no entendemos porque no conseguimos estar entre las primeras, y otros años como ayer, no entendemos algunas cosas, como por ejemplo el porqué se mete tanta coreografía y escena teatral, en un concurso de canciones, lo que cuenta por encima de todo, es la canción y la voz de la cantante, y no la parafernalia de la puesta en escena, que por otra parte la nuestra, no aportaba nada nuevo al festival.
Ayer Edurne lo hizo bien, con el material del cual disponía claro está, que era poco menos que un churro. En materia vocal, la madrileña cantó bastante bien, exceptuando ese "gallo" que le salió en el último grito de la canción. Por lo demás, Edurne estuvo bien, aunque no superó ni de lejos, las actuaciones espectaculares de Ruth Lorenzo el año pasado, o Pastora Soler en 2012.
España debería plantearse si realmente le interesa el festival de Eurovisión, porque para cada año quedar en estos puestos que rozan el ridículo, mejor sería que nos quedáramos en casa.
La verdad, en España se huele una decepción tremenda, tras el paso de Edurne ayer por Eurovisión, a pesar de que ella ha intentado quitar hierro al asunto con una frase que ni ella misma se cree "me siento ganadora".
Sin más acumulamos un nuevo fracaso en nuestro paupérrimo palmarés eurovisivo...
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